La villa medieval de Guimarães, en Portugal
Guimarães es una pequeña y tranquila ciudad portuguesa con un casco viejo encantador lleno de monumentos, y con una zona moderna con todo tipo de servicios e infraestructuras.
Al norte de Portugal, en el distrito de Braga, hay una ciudad de origen medieval que ha sabido convertirse en una moderna urbe, pero sin perder su encanto histórico. Hablamos de Guimarães, una bonita ciudad a la que se conoce como “la cuna de Portugal”. Su centro histórico es tan valioso que fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
El contraste existente en esta villa portuguesa es de lo más peculiar, ya que los vestigios medievales se han integrado en las avenidas de estilo barroco y en los modernos barrios residenciales, siendo el resultado una ciudad cómoda y de lo más agradable.
Un poco menos agradable es su clima. Las precipitaciones son bastante habituales, debido al continuo paso de frentes asociados al efecto de las montañas, siendo la media anual de lluvias superior a los 1.500 milímetros. En cuanto a las temperaturas, la mínima media es de entre 2 y 5 grados centígrados, mientras que la máxima media oscila entre los 23 y los 32 grados.
Guimarães, Patrimonio de la Humanidad
El impresionante conjunto monumental de Guimarães, concentrado principalmente en su casco antiguo, ha sido considerado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Para visitar los monumentos más destacados hay que desplazarse a la parte más alta de la población, la Colina Sagrada, donde se encuentran el castillo del siglo X, la Iglesia de San Miguel, del siglo XIII; el Palacio Ducal, del año 1401, o la Capilla de Santa Cruz, que fue construida en el siglo XVII y está decorada con los característicos azulejos portugueses.
Un poco más abajo se halla el barrio medieval, donde podremos visitar el Antigos Paços do Concelho, que era el antiguo ayuntamiento, de finales del siglo XIV; la iglesia neoclásica de São Dâmaso, del siglo XVII; la Iglesia do Carmo, del siglo XVII; la Casa dos Laranjais, que data del siglo XVIII, o el actual edificio del Ayuntamiento, que ocupa el antiguo Convento de Santa Clara, fundado en el siglo XVI.
El recorrido monumental por esta villa portuguesa también incluye la Iglesia de Nossa Senhora da Oliveira, que fue edificada en el siglo X, aunque cuenta con muchos reformas, destacando las realizadas en el siglo XIV; la Casa Dos Lobo Machado, del siglo XVIII; la iglesia renacentista de la Misericordia, que cuenta en el interior con una decoración barroca; la iglesia gótica de São Domingos, del siglo XIV, o el Museo Alberto Sampaio, situado en el claustro de la Iglesia de Nossa Senhora da Oliveira.
Callejear, comer e ir de compras en Guimarães
Guimarães es una ciudad para recorrer andando, ya que es la mejor manera de descubrir el encanto de sus ruas (calles), praças (plazas) y largos (avenidas). Y son especialmente atractivas las plazas de esta histórica villa, como la de Largo Oliveira, que siempre encontraremos de lo más animada. Es un lugar ideal para sentarse a tomar algo en la terraza de un café mientras se contemplan los pórticos, las casas blasonadas y otros históricos edificios de la zona.
Otro de los atractivos locales es su gastronomía, que ofrece platos tan deliciosos como el bacalao asado, el cerdo asado, la ternera con patatas y arroz seco, las patatas de sarrabulho o la pica no chao, una receta elaborada con pollo, arroz y bucho (tripa de cerdo), que es un relleno muy típico en las cocinas de esta ciudad.
Y si queremos hacer compras típicas en Guimarães, los dulces son una buena apuesta, especialmente los que elaboran en los conventos de la villa. También se puede adquirir artesanía de gran calidad, como bordados de lino, alfarería, hierro forjado, objetos de orfebrería, cestería, cuchillería y cantería.